Hay un montón de cosas que ahora nos hacen sonreir: un viaje a Oviedo, una discusión sobre el amor, lo que le pides a la persona con quién compartirías el resto de tu vida, sobre lo que alimenta las relaciones...Son tantas cosas que no tenemos tiempo para discutirlas, pero todas estas conversaciones tienen un elemento en común: el buen rollo y las sonrisas.
Sonrisas por hacer las cosas fáciles y descubrir que hay un montón de cosas que merecen la pena. Sonrisas por mantener profundas charletas que obligan a estar despiertos y enterrar prejuicios e ideas preconcebidas.
Un día dije que no hay nada peor que los prejuicios porque con ellos sojuzgamos y nos podemos perder cosas muy interesantes. Después de un intenso fin de semana, me mantengo en la idea. Y todavía quedan taaantos temas por discutir.
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