Cuando un amigo lo pasa mal nos damos cuenta de cuáles son las cosas importantes. Las de verdad. Esas que hacen tambalearse el mundo y nos demuestran que somos unos miserables por no aprovechar lo que tenemos. Esas situaciones nos ponen coloraos y deberían evitar que nos hiciesemos los mártires con nuestros pequeños problemillas.
Una buena amiga lo está pasando mal. Alguien a quien quiere se ha ido. Para siempre. Ha luchado como sólo ella ha sabido, pero no ha podido ser. Ahora está en el Cielo. Cuidando de toda su familia y vigilándolos para que sigan tan unidos como hasta ahora. Mi amiga ha estado todo este tiempo a su lado dándole ánimos y ejemplo a todos los que la rodean. Cuando pienso en ella, sólo la vea sonreir y hacer el arquero con un gin tonic en la mano. Pero también pensando en la forma de estar más cerca de las personas que quiere. Cuando lo hemos pasado mal, siempre ha tenido una llamada de ánimo o un silencio bastante esclarecedor.
Ahora su vida cambiará. Ella ha tomado esa decisión y la tendremos lejos. Seguro que la echaremos de menos, pero esa distancia nos obligará a viajar al norte con más frecuencia de la normal. Merecerá la pena. Sólo por verla y aprender de su entereza y saber estar.
1 comentario:
Mil gracias por todo Amigo.
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