Hay veces que sabemos que los amigos nos quieren, pero otros días nos sorprenden. Desde hace algo más de un año, hay uno de estos que me sorprende de manera sistemática. Esto es, todos los días.
Ayer, se pasó por esta casa y dejó la siguiente perla:
"Uno puede permitirse perder, pero no puede permitirse el lujo de perder la lección. De todas las experiencias se aprende, tanto de las buenas como de las malas, lo que en un futuro nos sirve para llegar a ser mejores personas.
Mientras uno actúe siguiendo a su corazón, nunca debe arrepentirse ni mucho menos pedir perdón por sus actos".
Poco más tengo que añadir.
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