La mejor forma de superar los problemas es dar siempre un paso adelante. Aunque parezca que no se consigue, somos capaces de hacer mucho más de lo que nunca pensamos. Al final, cuando pones el pie y mirás atrás, te das cuenta de que cuesta, de que es complicado, pero que esas dificultades muchas veces son fruto de nuestras propias barreras mentales.
Y cuando esas barreras caen, no sólo andamos más deprisa, sino que hasta corremos. De esto te das cuenta cuando esquías después de un tiempo: en la primera bajada vas despacio, controlando, pero al tercer giro te das cuenta de que la pista, tu cuerpo...todo te pide más y no te queda más remedio que meter los cantos y bajar a muerte porque si no lo haces estás desaprovechando una bajada que nunca se volverá a repetir.
En el tema personal te das cuenta cuando obtienes resultados que nunca pensaste. Cuando descubres que lo que ha ocupado tu cabeza durante meses ya no lo hace, cuando en lugar de dolor sientes ternura, cuando te enfrentas y superas retos que pensabas que eran para otros. Desde ahora: siempre con un paso adelante
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