La historia del padre-abuelo de Austria me tiene conmovido. De hecho, ya los titulares me impiden seguir leyendo las tropelias que este cretino perpetró durante un montón de años.
Esta es una de esas historias que nos muestran lo salvaje que puede llegar a ser el ser humano. No conozco a nadie que ni en sus peores pesadillas se imagine unas atrocidades semejantes. No obstante, se me ocurren algunas preguntas sobre el caso:
¿Nadie echó de menos a su hija durante tantos años?¿Su mujer no se oponía a esta práctica?¿No había familia?¿ni amigos?
Si nos escandalizamos con lo de violar a su hija, el quemar a su hijo en un horno tampoco tiene desperdicio. ¿hasta dónde se puede llegar?
A estas alturas, sólo podemos esperar que se haga justicia. Aunque imagino que es imposible reparar todo el mal que ha hecho
1 comentario:
Yo es que no me puedo creer que nadie, nadie supiera o sospechase nada. ¿Tan sencillo es ser un psicópata?
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