Volver a empezar

Para seguir viviendo a veces hay que volver a empezar. Una frase tan profunda no puede ser mia. El otro día la leí en el cartel de una peli y me pareció bastante brillante.

Si la extrapolamos a nuestra vida diaria resulta que es una verdad como un templo. Y hay que intentarlo. Todos los días. Sabiendo que es lo que dejamos atrás y buscando mil y una oportunidades en lo que nos queda por disfrutar. Y en ellos estamos. Nos daremos muchas galletas, pero seguro que saldremos adelante y disfrutaremos de lo bueno de la vida.

Canallas

Los canallas siempre caen bien. Generalmente son tíos divertidos, que hacen la vida que quieren y que tienen un corazón como la copa de un pino. Yo conozco a varios. De hecho, los tengo muy cerca. Y los quiero mucho. Además, son gente con un carácter bastante peculiar. Dios suele ser su amigo, como decía alguien aquí, y eso es siempre una garantía.

Por otro lado están los chicos buenos. Que suelen ser un rollo. A estos nos adoran las madres de nuestras novias, pero éstas se cansan de tanto buenísmo. Según crecemos, los chicos buenos somos mejor vistos, pero hasta el momento hemos sido un coñazo porque siempre hemos cumplido con las reglas establecidas y hemos dado pocos quebraderos de cabeza.

Si eres un chico bueno, te sueles llevar bien con los canallas. Ellos ven en ti cierta tranquilidad y sosiego. La vida que aspiran a llevar cuando crezcan y sienten la cabeza. Nosotros -los chicos buenos- vemos en ellos a esos que han sabido usar su libertad para ser aún más libres y disfrutar de cada minuto.

¿Y por qué digo esto?Dejando claro que no me cambiaría por nadie en el mundo, creo que un poco de canallesca no me hubiese venido mal a lo largo de mi vida.

Me gustas

Hay un argentino, casi un trovador, que tiene una canción que es una estupenda declaración de amor. Pero profundizando un poco más, resulta que es toda una declaración de principios. Al final, la idea principal es es que le gusta todo de su chica y que quiere vivir muy feliz con ella. Tan fácil y tan complicado a la vez.

Lo más bonito del mundo

Los que me conocen saben que hay una cosa que me gusta por encima de muchas: el periodismo. Me parece la profesión más bonita del mundo y titulares como este no hacen más que reafirmarme en la necesidad de que esta profesión se revalorice.

Hay pocas cosas tan chulas como poder hablar de los reportajes que uno ha hecho. A mi me ha dado bastante juego. Y eso que los mios no han sido grandes cosas, pero más de una ha sufrido las batallitas.

Estrategia

Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé cómo ni sé con qué pretexto, por fin me necesites.

Esta frase es de Benedetti, que hoy se ha muerto. Tampoco he leído mucho a este tío, pero resulta que de todas las frases que la gente cuelga en facebook, blogs,etc esta me ha parecido de lo mejorcito. A mi, personalmente, Benedetti no me gustaba mucho. Es más, no me gustaba casi nada, pero es cierto que era lo suficientemente blando como para utilizar sus poesías para ligar porque siempre tenía la palabra adecuada que decir a una chica. Y esta es bastante buena.

A mi me mola ser un tío necesario. Creo que para algunas personas todavía lo soy y me llena de satisfacción. No por una cuestión de ego. Me gusta saber que hay gente que sigue confiando en mi como una persona a la que recurrir. Yo también tengo personas necesarias en mi vida. ALgunas se mantienen desde hace mucho. Otras van cambiando. Ellas saben quienes son y con eso es más que suficiente.

Canciones

Vaya por delante que no he escuchado demasiado a Antonio Vega, pero si -y mucho- a Los Secretos (recuerdo con especial cariño un concierto en la Gran Vïa, que fue la leche y donde cuando tocaron Colgado flipé). Ambos eran meláncolicos y tenían ese toque tristón que era bastante atractivo.

Hoy he leído esto y no he podido dejar de linkarlo porque, como dice el autor, todas las canciones nos recuerdan a alguien. Una vez dije que estamos llenos de recuerdos. Pero también de sensaciones asociadas a canciones, olores, sitios...y todo eso es lo que construye nuestra vida.

Me asomo a la ventana, y ya no está el chico de ayer

En cierta ocasión le escuché a un cura decir que Dios era amigo de los canallas, de los buenos canallas, esos que pecan como descosidos pero en cuyos corazones rebosan el amor y la bondad. Y la ternura. Antonio Vega fue un gran canalla, de esos con los que uno se fundiría en un intenso abrazo si se los encontrara tomando una cerveza en cualquier bar de Malasaña. Hoy Antonio Vega está en los cielos, seguro. No me cabe la menor duda, y hará un dueto con Enrique Urquijo y los dos tocarán Ojos de Gata y Chica de Ayer para que tantos y tantos hijos de la movida que por una u otra razón han abandonado este triste lugar llamado tierra y moran donde las almas se transforman en seres visibles, vuelvan a vivir el instante eterno que acompaña a cada una de sus notas, a cada una de sus letras.

Canciones

El problema de postear desde el curro es que no puedo subir todos los videos que me gustaría. Un día, un colega que acaba de llegar de Seattle me dijo que debería poner más ilustraciones. Y aprendí a poner videos -sobre todo canciones- y es que son una forma bastante interesante de decir cosas.

Esta pertenece a la peli Posdata: te quiero. Puede ser un pastelón, pero es muy bonita. Nunca la vi en el cine, pero en DVD tiene un pase. Y lo pasé fenomenal pensando en un montón de gente. La peli es un canto al amor, al de verdad. Y ese si que mola

Humildad

LA humildad es una de las mejores condiciones del ser humano. De hecho, los mejores son los más humildes. El mundo está lleno de estos ejemplos.

En las relaciones personales esta humildad es un elemento esencial para que funcionen mejor. Saber pedir perdón a tiempo nos puede llevar a evitar problemas futuros, a darnos cuenta de nuestras miserias y poner los remedios para solucionarlos.

Esta humildad también pasar por reconocer nuestros errores o aceptar que no siempre estamos bien. No pasa nada por decir que no nos encontramos bien o que estamos enfadados. Es la mejor forma de que los demás sepan como tratarnos y que nos ayuden a buscar soluciones

Yo he pedido perdón muchas veces, pero muchas más me he callado como un perrete y no he dicho nada. Muchas más veces me he callado y no he dicho que estaba chungo. Luego lo he pagado. Y no estoy pensando sólo en problemas personales, sino también familiares, de curro, de amigos...

Si algo he aprendido es que tenemos que dejarnos el orgullo en casa y presentarnos como somos. De hecho, es la mejor forma de hacerle fácil la vida a los demás.

Cambios

Ayer en el País Vasco nombraron a un nuevo lehendakari. Por primera vez no será nacionalista. Es un cambio importante. Es un cambio que puede mejorar aquella sociedad tan hecha polvo.

A mi Euskadi me gusta. Y mucho. He estado varias veces y es un sitio al que volvería siempre que me invitases. Espero poder seguir viajando allí muchas más veces en los próximos años.

¿Y por qué escribo de esto aquí?Pues sencillamente porque hay cosas que hay que cambiar. No vale con decir que mal está todo y no hacer nada, tal y como se ha hecho en aquella tierra durante tanto tiempo. Conozco gente que ayer dijo que brindaría. Hoy empieza una nueva vida para muchos de los que viven allí. Como para otros desde hace unos meses.

Te quiero (mucho)

Este fin de semana he oido una curiosa teoría que defiende que te quiero es mejor que te quiero mucho. Su dueña afirmaba que el primero es el que utilizas cuando se lo dices a alguien que realmente quieres, mientras que el segundo es más habitual con amigos o personas conocidas. Por ejemplo: a tu novio le dices que le quieres, mientras que de otras personas siempre dices que les quieres mucho.

Le ha dado un par de vueltas al tema y resulta que puede que tenga razón. Esto del querer es como estar embarazada: o si o no. O me quies o me quieres. Lo del mucho es un matiz que añadimos para decir que eres especial.

Querer de verdad a alguien es un proceso largo, lleno de altibajos, pero la sensación final es de las mejores del mundo. Al final, se trata de una sensación bastante agradable que te lleva a querer compartir un montón de cosas de forma absolutamente desprendida. Y eso si que mola.