Este fin de semana he acudido a un acto muy especial: el 60 aniversario de la boda de mis abuelos. Y fue estupendo porque después de seis décadas nos demostraron a todos que se quieren como el primer día. Tuvimos que firmar una tarjeta y lo único que se me ocurrió fue que muchas gracias por el ejemplo.
En una época en la que el compromiso no vale nada, ver gente que se sigue queriendo de esa forma no hace más que plantearme un montón de incógnitas. La primera de ellas,si seré capaz de lograr un éxito de ese calibre. De momento lo llevo bastante crudo. Hubo un tiempo en el que pensé que todo estaba hecho, pero no resultó. Ahora sólo espero que cuando vuelva a esta en esa situación aprenda la lección y sea capaz de mantener el compromiso para siempre.
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