Hoy es el cumpleaños de una lectora habitual de este blog. Muchas felicidades. Para ella será un día especial, pero también para todos los que la queremos y nos preocupamos por ella cada día. Aunque sea en la distancia.
Con ella -la chica del cumple- hemos pasado momentos inolvidables. Nos hemos reído hasta que nos ha dolido la tripa y hemos llorado con desconsuelo como nunca antes lo habiamos hecho. Ella nos ha hecho ver la importancia de los valores y la responsabilidad (a veces demasiada).
Ella ha conseguido que hiciésemos cosas que nunca antes habíamos pensado y que aprendiesemos el uno del otro todo el rato. Ella a veces está cerca y a veces un poco lejos (mucho más de lo que me gustaría), pero lo que siempre está ahí es el infinito respeto, admiración y, sobre todo, cariño que nos tenemos y que nunca cambiará. Da igual lo que pase. Y eso es una buena señal.
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