El otro día, este tío escribió esto como despedida y me entraron ganas de hacerle un homenaje. Era viernes por la noche y me puse a teclear como un villano. El ordenador iba a su bola y lo que aparecía en el Word tenía cierto sentido. Luego decidí que no lo publicaría. Que se quedaba para mi sólo, pero me prometí que hoy le daría las gracias en público.
Pit, te lo has currado. Y me has hecho ver la luz, otra vez. Mil gracias
Pensando en que escribir aparecieron algunas ideas, pero una de ellas por encima de todos: la necesidad de hacer autocrítica. Nos cuesta muchísimo ser criticos con nosotros mismo y esa falta de humildad acarrea que grandes proyectos fracasen. Estoy cansado de preguntar a gente cercana a mi qué ha fallado cuando algo no sale y que la culpa sea siempre del empedrado.
Creo que he vivido esa parte muy de cerca y si algo he aprendido es que debemos ser lo suficientemente sinceros como para darnos cuenta de que hemos hecho algo mal, reconocerlo y poner los medios para que no vuelva a suceder. Sólo así alcanzaremos el éxito.
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