Ayer estuve con una de las personas que más admiro. Lo que más me gusta de ella es que es una gran persona. Hasta aquí nada nuevo porque es una frase muy manida, pero os garantizo que lo de esta señora es para quitarse el sombrero.
La vida le ha pegado duro, muy duro y nunca le ha vuelto la cara a la vida. Con dos o tres ideas muy claritas ha conseguido tener una familia estupenda, que sus hijos estén cerca de ella y, además, no perder nunca la sonrisa y el buen humor. Manda como la que más, pero nunca le he oído dar un grito ni una mala contestación.
Hasta hace poco compartíamos algunas cosas en este vida. Ayer le dí las gracias por todo lo que me ha ayudado en estos cinco años. Me confesó que espera que sea pasajero, lo cual me llena de satisfacción y esperanza. Ojala pueda volver a abrazarla muy pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario