Ayer, como casi todos los días, pasé a tomarme un refresco por este café y me di cuenta de que se ma había pasado hablar de la libertad de prensa. Y me dio pena.
Hoy llego tarde, pero quisiera reivindicar el papel de aquellos que se dejan la vida -literal- para que todos estemos informados. Me da pena cuando se habla mal de un colectivo tan importante para la sociedad. Aunque suene a frase manida, la libertad de prensa de un país está en relación directa con la calidad de su democracia.
En nuestro país, por ejemplo, tenemos todavía mucho camino por recorrer. Somos una democracia joven, que avanza rápido, pero nos falta hasta llegar a escenarios como el americano o el inglés.
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