Una de las características que más aprecio en una persona es la ambición. Creo que es necesaria y un acicate para mejorar cada día en tu vida; ya sea personal o laboral. Hay quien opina que ser ambicioso es malo. Lo siento, no comparto ese pensamiento. Para mi, forma parte de nuestro ser y desarrollada de forma sana, no sólo es buena, sino necesaria.
Yo creo que soy ambicioso. Y lo soy en todas las facetas de mi vida. Quiero hacer las cosas bien cuando trabajo. Quiero ganar cuando juego al fútbol y no me importa enfrentarme a nadie porque me dejaré la piel por hacerlo lo mejor que pueda. A lo mejor pierdo, pero lo haré con la sensación de que he luchado. Y eso deja la conciencia tranquila, que es lo que me permite dormir tranquilo.
En el tema personal, también. Me quedan muchos partidos por jugar, pero el más inminente -el de la chica con la sonrisa más bonita del mundo- habrá que afrontarlo pronto. Y voy a salir a ganar. A dejarme la piel en el campo y hacerlo con todo el equipo. El resultado es incierto, pero a veces hay sorpresas.
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