viernes, 12 de diciembre de 2008

Se acabó

Todo llega a su fin. Y el Master no iba a ser menos. Ayer aparecieron las últimas notas, la semana que viene será la graduación y con ella pondremos punto final a una aventura que nos ha ocupaado más de 15 meses, infinidad de horas de estudio, alegrías y disgustos.

Y como todo en la vida toca hacer balance. Creo que el peaje que he pagado ha sido demasiado alto. Por lo visto todo se empezó a estropear en diciembre, justo cuando la presión empezó a subir. Desde entonces todo han sido parches que no han llevado a ningún lado. He conseguido éxitos importantes. Notas de las que me siento verdaderamente orgulloso, pero, sinceramente, me duele pensar que no he sido capaz de gestionar la presión.

Mi vida en estos meses ha sido como una gran olla a presión. Y mucha gente se ha resentido. La primera ella: la chica de la sonrisa más bonita del mundo y que me hacía sentir como el ser más especial de la tierra. Ahora no quiere saber nada de mi y es muy doloroso, pero tendré que aguantarmen.

En el lado positivo, me gustaría subrayar que creo que he conocido gente bastante interesante de la que he aprendido mucho. Ahora sé que no importa lo grande que sea el problema, que siempre hay una solución y que lo importante es la manera de afrontarlo.

Pero además de los conocimiento teóricos me llevo un montón de experiencias personales. Y una conclusión: hay que cuidar a la gente que quieres porque sino la terminas perdiendo.

2 comentarios:

Gon dijo...

Touché.

Anónimo dijo...

Con estos análisis tan buenos a veces en vez de periodista pareces ingeniero (¿no te habrán cambiado las clavijas en el máster?)Un abrazo fuerte (desde el otro lado del charco y de los States)

pd. keep the Spartans in ur mind.