Escribo desde Barcelona en la habitación del hotel. No es el plan perfecto, pero te da para leer un poco más de lo normal y actualizar esta su bitácora que últimamente la hemos tenido un poco descuidada.
Un día dije que escribir feliz era más difícil que hacerlo melancólico, pero eso no puede ser excusa para no volver a compartir la felicidad que nos rodea. Levantarnos cada día sabiendo que somos importantes para alguien es un regalo que no podemos dejar de compartir con la gente que sigue este blog. ¿Y por qué?Simplemente por justicia. Porque al igual que hemos dado la coña con la tristeza, también hay que dar la cara con la felicidad. Que el mundo está que se cae para que todo sean lamentos.
Y esas personas para las que somos importantes, también los son para mi. Porque han demostrado entereza, saber estar y, sobre todo, cariño. Mucho cariño. QUe es el combustible más importante que conocemos.
Aquí os dejo un video que siempre me gustó. Es de Alatriste. Y él se movia por cariño, por amor y por honor. Eran sus palancas. Las que creaban sus códigos y por las que peleaba hasta la muerte
No hay comentarios:
Publicar un comentario