Un año más, os dejo esto Llega la Navidad. Y lo urgente de las obligaciones que nos hemos creado, concesión al mundo moderno, desvía la mirada de lo importante que verdaderamente ocurre estos días. Les invito, desde la fe de cada uno, a redescubrirlo. Escuchar cómo habla el silencio, sentir cómo calientan los abrazos, disfrutar de una sonrisa, dejar las prisas para otro día, mirar con los ojos del corazón, saber que las grandes cosas son la suma de muchas otras más pequeñas, valorar la compañía, soñar. Yo, sinceramente, les deseo lo mejor en estos días. Que la fuerza transformadora del Niño Jesús en el pesebre alcance su razón, su alma y su espíritu. Y que este pueda ser, a fin de cuentas, el mejor Valor Añadido de este año 2009. Como hiciera en 2007 y 2008 con este mismo final, se lo deseo con todo mi cariño. Feliz Pascua del Nacimiento del Salvador.
Lo dejé el año pasado y este también. Es suficiente con estas líneas. Ahora sólo añado que el Niño Dios que estos días nace en Belén nos llene de alegrías y cosas buenas. Es el momento de pensar -aunque todo el mundo lo diga- qué hemos hecho bien, qué hemos hecho mal, pero, sobre todo, poner los remedios para hacer más feliz la vida a los que están cerca de nosotros. Ojalá seamos capaces de hacerlo y no sea cuestión sólo de estos días
A lo largo de este año hemos pasado un montón de cosas. Este blog ha sido un reflejo de lo que ha sucedido y creo que es justo darles las gracias, queridos lectores, por haberme soportado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario