viernes, 1 de agosto de 2008

Balance

Cuando Madrid se convierte en calles vacías sin coches, terrazas llenas de gente y reencuentro de viejos amigos, es el momento de hacer un balance que tantas veces había pensado. Ahora que llegan las vacaciones, sólo quedan tres días, es hora de pensar que hemos hecho bien, mal y poner los remedios para no convertirnos en unos cretinos integrales.

Ha sido un año lleno de cosas: cambio de curro, master, nuevas obligaciones, discusiones, risas, llantos y, al final, tengo la sensación de que he aprovechado bastante el tiempo.

A lo largo de un buen periodo de tiempo, me he sentido un poco malabarista para tener todo en juego. Gracias a Dios, parece que esta situación está llegando a su fin y podremos tener un ritmo más equilibrado. Los perdedores de esta situación han sido mis amigos y parte de mi familia a los que he visto bastante poco y con los que no me he comunicado en absoluto.

Más cosas a mejorar: mi carácter. No sé si fruto de la presión, el estrés, las cagadas o lo que fuese se me está avinagrando el carácter. Es algo por lo que tendré que luchar

El MBA. Pues después de casi un año, un montón de horas y demás, la sensación es agridulce. Creo que he aprendido un montón de cosas, pero a un precio bastante alto. Cosas buenas las hay a montones: formación, amigos, recuerdos......

En fin, como corolario: un buen año, aunque queda mucha tela que cortar